Hoy en día, todos decimos que estamos “estresados”. Vivimos acelerados, con el cuerpo en automático, revisando pantallas todo el tiempo y con la sensación constante de que no alcanza el día. Y aunque parezca “normal”, no lo es.
Más del 60% de las personas en el mundo afirma haberse sentido tan estresada que esto afectó su vida diaria.
Un 34% ha sufrido episodios repetidos de estrés en el último año.
Las mujeres, además, reportan un impacto mayor del estrés cotidiano que los hombres.
El tráfico, el trabajo, los pendientes, las pantallas, las noticias… pareciera que el estrés es el estado natural del día a día. Pero, ¿Y si te dijéramos que no siempre es algo malo?
¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibimos como desafiantes o amenazantes.
No es un error del sistema, sino un mecanismo de adaptación que nos prepara para actuar, resolver y sobrevivir.
Según la Organización Mundial de la Salud, surge cuando las demandas del entorno superan los recursos que sentimos tener. En otras palabras: cuando creemos que no podemos con todo.
El problema no es sentir estrés, sino acostumbrarnos a vivir en él.
Estrés crónico vs ¿estrés bueno?
Existen dos tipos de estrés, y entender la diferencia cambia por completo la forma en que lo experimentamos:
1. Eustrés o “buen estrés”
- Es temporal y aparece ante un reto.
- Te motiva, te enfoca y te ayuda a rendir mejor.
- Es esa energía que sientes antes de una competencia, una presentación o un desafío importante.
- El cuerpo se activa… y luego se regula.
2. Estrés crónico
- Es el que no se apaga.
- Se mantiene durante días o meses.
- Desgasta el cuerpo, debilita el sistema inmune y afecta el sueño, la memoria y el estado de ánimo.
El cuerpo puede aprender a regular el estrés 🎯
El estrés no solo es mental, también es fisiológico.
Y lo más interesante es que el cuerpo puede entrenarse para manejarlo mejor.
Cuando te expones a pequeñas dosis de estrés controlado, como el frío, el calor o el ejercicio, tu sistema nervioso se adapta.
Este proceso se llama hormesis: una dosis baja de algo que podría ser dañino en exceso, genera una respuesta positiva y fortalecedora.
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El cuerpo libera cortisol, adrenalina y endorfinas.
- Se activa, se enfoca y luego vuelve al equilibrio.
- Con el tiempo, se vuelve más resiliente frente a otros estresores.
Con cada exposición, tu cuerpo aprende que puede estar en alerta sin perder el control.
Y eso se traduce en más resiliencia, más calma y una mejor respuesta frente a los desafíos del día a día.
❄️ El hielo como práctica de estrés positivo
Cuando entras en una tina de hielo, tu cuerpo percibe una amenaza: la temperatura cae, el corazón se acelera, la respiración se agita.
Pero al permanecer y regular tu respiración, le enseñas a tu sistema nervioso que puede mantener la calma en medio del desafío.
Esa es la esencia del buen estrés: activar, adaptarse y volver al equilibrio.
Creemos en esa forma natural de fortalecer cuerpo y mente.
Por eso, ofrecemos la Bodhi Pool para que puedas practicar en casa, complementado con el sauna infrarrojo o puedes reservar tu sesión en nuestro local en Miraflores, donde cada inmersión te deja renovado y reseteado.